Si es cuestión de confesar

Tengo miles de defectos, sufro periódicamente de momentos de pena desbordante que se me sale en lágrimas, me cuesta perdonar ciertas cosas como las traiciones y las mentiras, sufro de dolores de cabeza más veces de las tolerables, puedo desordenar mi dormitorio en dos segundos, soy muy friolenta, soy impaciente, no me gusta esperar, no me gustan los Chancho en Piedra, odio con toda mi alma la hipocresía, soy muy flaca y demasiado lenta para comer, a veces soy muy cobarde, me cuesta abrir mi corazón, soy de pocos amigos, no sé ningún otro idioma, sufro de alergia unos cinco minutos al día, todos los días, tomo tranquilizantes para que no me duela la cabeza (pero confieso que los necesito para más que eso), me altero fácilmente cuando veo alguna injusticia, me molesta que a tanta gente le guste Arjona, no me gusta que me manden, desconfío de algunas personas sólo por su mirada, no soporto el sol en el rostro, no me gustó “Don Qui” de Matta, me cuesta levantarme temprano, me equivoco mucho, no como guatitas, tengo cambios de ánimo repentinos por estar pensando siempre en más de una cosa (a veces nadie los nota), no me gusta la gente que vive criticando todo, no me interesa la farándula, no trato de tapar el sol con un dedo, me carga bailar tecno, tengo muy mala voz, me gusta Rayando El Sol, no sé tocar ningún instrumento, tengo mala memoria, prefiero la Pepsi a la Coca-Cola, soy intolerante con los fachos, me irrita tanta prédica y tan poca práctica, soy muy frontal a veces: demasiado sincera para algunos, prepotente para otros, todavía me gusta ver dibujos animados, casi todas las mañanas me duele el estómago, no me gustó Titanic, le he deseado la muerte a un par de personas, no sé bailar rock and roll, me cuesta leer libros muy largos, no tengo la palabra precisa ni la sonrisa perfecta.

Pero, tomándome de las palabras de Víctor Manuel , casi siempre digo la verdad, sé con quién no debo andar, también sé guardar fidelidad, sé quiénes son amigos de verdad, sé bien dónde están. Además puedo guardar un secreto hasta la muerte, no niego mi religión, ni mi tendencia política, ni que soy cruzada ante nadie, jamás trato de aparentar, soy la misma en todas partes (bueno, casi la misma), defiendo a la gente que quiero con uñas y dientes y cuando amo, amo de verdad.