Mi lado humanista

Quizás muy pocos saben de mi pasado humanista, cuando pensaba que estudiaría Derecho y estaba en el Taller Literario del colegio, que lo hacía mi profesor de inglés, más conocido como “el teacher” y la verdad es que nos dedicábamos más a comer que a otra cosa, pero de todas maneras algunas cosas alcancé a escribir estando en él: unos pocos cuentos (que lamentablemente no he podido encontrar) y algunos poemas, bastante ahí no más, pero escritos de mi puño y letra y que hace poco rescaté de un block en el que escribía, con una letra manuscrita tan redonda que me parece divertido que fuera mía.
Paso a dejar una muestra de lo escrito en esos años:

Si yo no puedo hablarte,
El suave rumor del viento
Te lleva mis pensamientos
Si yo no puedo hablarte
Escúchame en el crepitar de tu chimenea invernal
Si yo no puedo hablarte
Escúchame en cada voz
Que te hable con cariño
Si yo no puedo hablarte
Cada melodía que te haga feliz
Será mi voz que ha llegado hasta ti
Si tampoco puedo verte
Te observan por mí
Las estrellas de esta cálida noche
Y esa luna
Enamorada de la paz de las alturas
Y de la penumbra
Si no puedo tocarte
El rayo tibio del sol matutino
Te despierta con un beso
Dorado y cálido que es mío
Si tampoco puedo tenerte
El viento travieso
Te envuelve con ternura
Y me trae tu aroma
Si yo no puedo escucharte
Te siento presente
En cada palabra limpia
Salida de un alma pura

¡Pensar que si la reforma procesal penal hubiese sido antes seguramente yo habría estudiado Derecho! Porque cuando supe que los juicios no eran como se veía en las películas decidí que no quería ser abogada, aunque conservo intacto aún mi odio a la injusticia y mi gusto por defender a la gente, y ahora estoy aquí en Ingeniería un poco aburrida de los números (y de muchos profes) y echando de menos los debates sobre cosas interesantes, el tener que leer alguna novela, el actuar en alguna obra de teatro del colegio e incluso el hacer la oración de la mañana por parlantes (cosa que me tocó hacer varias veces porque era Delegada de Pastoral del curso).
Yo sé que ya a esta altura he perdido notablemente mis rasgos humanistas, tuve que decidir a los tempranos 18 años y opté por los números que se me hacían más fáciles y me entretenían...aún les tengo aprecio, pero añoro a veces una clase de Castellano (con la profe Nelly, claro), pero en su reemplazo tengo clases de Ciencias Ambientales que es mi ramo más humanista...

Nada se pierde todo se transforma.

Comentarios

Lore Ortiz dijo…
Al igual que a ti, también se me pasó por la cabeza estudiar derecho por ese odio a la injusticia del que tú hablas. Siempre fui la abogada del diablo. de mi curso...y rebelde con causa.
Yo también tengo muchos poemas guardados, así que en algún momento publicaré algo de aquéllos tiempos en que todo era dolor...tan cebolla que era, y tan depresiva.
chau ;)
CDG dijo…
Je... Si lo piensas un poco, tal vez incluso los grandes trovadores y poetas tienen algo de científicos-matemáticos también... piensa que "nada se pierde, todo se transforma" de Jorge Drexler, expresa claramente nuestro querido Principio de Conservación de la Energía, y todos los principios de conservación que quieras... Tu querido Ismael Serrano tiene un disco que se llama Principio De Incertidumbre (el sustento de la Mecánica Cuántica!); hay por ahí un libro de poemas de Modesto Parera llamado Polinomios Simples; Vicente Huidobro presenta su propia teoría cosmogónica en Ecuatorial...

Pero si lo ves desde el otro lado, Nicanor Parra también prometió "no resolver más ecuaciones".

Aceptémoslo, estamos perdidos en el mundo de los numeritos. Un abrazo,

~Cristian

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